¿Cuáles son los conflictos más habituales en las empresas?
Uno por uno, conocé los conflictos laborales que surgen con mayor frecuencia dentro de las organizaciones y cómo abordarlos.
Las empresas son organizaciones funcionales en las que en ocasiones surgen conflictos que afectan negativamente la integridad del sistema.
Un conflicto es una situación de antagonismo u oposición con efecto problemático y de difícil gestión. Es un estado de tensión que surge entre las partes porque tienen intereses distintos o iguales sobre algo o alguien.
Si bien el conflicto puede ser un problema serio para cualquier organización, también puede pensarse como una oportunidad para pulir las interacciones y generar dinámicas creativas y más productivas. Como dijimos varias veces en este Blog, una organización más productiva, rentable y con buen clima laboral, es una organización felíz.
Ante la presencia de un conflicto es conveniente que el responsable del equipo lo gestione y no lo evite. Los conflictos no deben ser olvidados sino resueltos, ya que un conflicto sin solucionar, tarde o temprano, lleva a la disolución del equipo de trabajo.
Los conflictos laborales más frecuentes
Falta de trabajo en equipo
El trabajo en equipo es una de las competencias más valoradas. Cuando un colaborador trabaja de ese modo, la creatividad y el aprendizaje mejoran, su nivel de estrés se reduce y el desempeño y la productividad aumentan.
Hay ocasiones en que los trabajadores deciden “ir por su cuenta” y el trabajo en equipo no se manifiesta en la empresa. Así es posible que se generen conflictos. Una mentalidad individualista puede llevar a malinterpretar ciertos comportamientos y atribuirlos a las ganas de destacar por encima de los compañeros.
Falta de comunicación
La falta de comunicación es otra de las causas de conflictos serios en el trabajo. La mala comunicación puede presentarse como desinformación o mala información. En el primer caso, la información no llega. En el segundo caso, la información llega mal.
Además, algunas fricciones que se producen por la falta de comunicación dan lugar a situaciones ambiguas que generan errores y, en ocasiones, la incapacidad por saber quién se equivocó, hace que estallen los conflictos.
Compañeros y jefes tóxicos
La presencia de personas tóxicas genera mal ambiente laboral. Estos individuos se identifican porque por lo general acaban mal con la mayoría de sus compañeros y crean conflictos donde no los hay. Les gusta intervenir aunque no los hayan invitado a participar, quieren ser el centro de atención y suelen ser reconocidos como falsos y criticones.
Por su parte, los jefes tóxicos se caracterizan por ser arrogantes, autocráticos, inflexibles, controladores, discriminadores y malos comunicadores. Ya sea por su personalidad o por su mala gestión, puede ocurrir que los jefes tóxicos hagan “imposible” la vida de sus colaboradores.
Competitividad
Es habitual que algunas organizaciones efectúen el pago de remuneraciones en función de los logros conseguidos. Estos incentivos pueden provocar roces entre los trabajadores por la competitividad que se genera.
Mal desempeño
Cuando un colaborador no rinde lo esperado, los conflictos pueden aparecer. Cuando alguien no realiza bien su trabajo acaba interfiriendo en el de alguien más; y un retraso en el plazo para entregar un proyecto puede hacer que el funcionamiento general del equipo se resienta.
Choques de personalidad
A veces las personalidades simplemente no encajan. En las relaciones personales, los conflictos existen día a día. Cuando un conflicto de este tipo surge, lo mejor es resolver el problema lo antes posible.
Mobbing
El mobbing, también conocido como acoso psicológico laboral, se da en el trabajo cuando uno o más individuos ejercen violencia psicológica de manera sistemática y repetida sobre otro/s. Puede ocurrir entre colaboradores, de los colaboradores hacia el superior, del superior hacia los colaboradores o de la organización hacia alguno de sus trabajadores.
El mobbing no solamente afecta al rendimiento en el trabajo, sino que puede causar problemas psicológicos graves en quién lo sufre. Por eso, es conveniente que esta problemática sea detenida a tiempo.
Cambios en la empresa
Los cambios en una empresa pueden generar conflictos de distintos tipos. Por ejemplo, los recortes de la plantilla pueden llevar a la desmotivación, o las modificaciones en la cúpula directiva pueden conducir a la incertidumbre y al rechazo por parte de los colaboradores.
Explotación
La explotación por parte de los empresarios también puede generar conflictos con los trabajadores si el trabajador no siente que recibe una remuneración justa o percibe que está trabajando en exceso.
Conflictos de recursos
La falta de recursos de la empresa (tener menos trabajadores de los que se requiere, llevar una mala gestión del capital humano, etc.), puede hacer que los trabajadores se sientan estresados y entren en conflicto.
Conflictos por valores
En la medida que no exista compatibilidad en los valores entre trabajadores y empresa, pueden presentarse conflictos, ya que no se trabaja a gusto en esas circunstancias.
Directrices poco claras
La falta de comunicación en la normativa de la organización o en los objetivos que se espera de un colaborador puede causar un conflicto de rol. El conflicto de rol produce inconvenientes entre trabajadores y, además, es una de las causas más comunes de estrés laboral o burnout.
Política de prevención y gestión de conflictos
Los inconvenientes mencionados, en gran parte, pueden abordarse a través de la adopción de una política activa de prevención y gestión de conflictos en la empresa.
Conocer ciertos elementos, mecanismos y herramientas sobre gestión de conflictos, puede ayudar a las organizaciones a evitar que sucedan. Y si suceden, es importante saber abordarlos y gestionarlos de la manera más adecuada.
Si todavía no incorporaste herramientas para gestión de conflictos en tu empresa, desde Humaniz podemos ayudarte. ¡Comunicate!