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¿Qué hacer ante una crisis laboral?

Muchas veces nos encontramos atravesando un momento difícil en nuestro trabajo, empresa o con nuestra profesión o con la vida misma, que nos lleva a replantearnos algunas cuestiones y nos damos cuenta que atravesamos una profunda crisis laboral y no sabemos qué hacer.

Milhaly Csikszentmihalyi dice que una virtud que deberíamos aprender es la capacidad para mejorar la adversidad transformándola en un desafío que puede proporcionarnos disfrute. Las crisis son los momentos de cambio que marcan nuestra vida, nos pueden expresar peligro u oportunidad según la interpretación dada.

¿De quién depende ver la crisis como un peligro terminal o una oportunidad de crecimiento?

Depende de nosotros, de la interpretación que le demos a lo acontecido, de las preguntas que nos formulemos al atravesarla, de las estrategias que usemos y del sentido que le encontremos a vivirla.

¿Hay que disfrutar del momento de crisis?

Parece una visión algo ingenua, pero no es así. No se trata de una visión liviana de los problemas, sino de una visión productiva. Creer que con la crisis llegó el fin, no nos ayuda a salir del problema, no nos abre puertas. Tomar la decisión de descubrir qué posibilidades tiene este desafío, sí puede ayudarnos.

¿Cómo se transitan las etapas de una crisis?

Podemos decir que la crisis abarca cinco etapas:

• La primera etapa es la negación, negamos la realidad. Este es un mecanismo de protección en el corto plazo, si el tiempo es prolongado nos estanca. Aquí aparecen las excusas y así estaremos muy lejos de salir de la crisis.
• La segunda etapa es el miedo y el enojo. Aparecen las preguntas; ¿qué me está pasando?, ¿por qué a mí? En esta etapa los pensamientos son muy negativos. Aparece la bronca, y cuando la reprimimos, expresamos la frustración externamente hacia los seres queridos más cercanos. Sabemos que es posible aprovechar el enojo a nuestro favor. Las emociones son energía en movimiento que mal usada puede transformarse en resentimiento y estancamiento; mientras que bien usada, nos puede dar una fuerza interior super arrolladora. Y si lo que sentimos es miedo, quiere decir que valoramos nuestra vida, nuestra relación con otros, nuestro trabajo, nuestros sueños. Reconocerlo, nos permite atravesarlo a nuestro beneficio.
• La tercera etapa es la de negociar con nosotros mismos. ¿Qué voy a hacer con esto que me pasó? Este es el momento de mirar para adelante, hacia el futuro. Preguntas que ayudan, pueden ser: ¿qué vida puedo construir a partir de ahora?, ¿existe alguna manera de volver a ser creativo?
• La cuarta etapa es la tristeza, no doy más. En este período las fuerzas parecen abandonarnos, la realidad nos golpea sin pedir permiso. Es el momento de reconocer nuestra vulnerabilidad como ser humano. Atravesar esta etapa nos lleva a recibir la recompensa que nos trae la última etapa.
• La quinta etapa y última es la esperanza, es decir, hay salida. Entramos en una etapa de aceptación y así recuperamos nuestra paz interior. Se trata de reconocer lo que hemos enfrentado y las personas que estuvieron acompañándonos. Podemos reencontrarnos con nuestros sueños, siendo estos una inyección de vitalidad para nuestras vidas.

Entonces, para salir fortalecido de una crisis debemos contar con la capacidad de adaptarse bien a la adversidad, es decir contar con la habilidad de la resiliencia. Esta puede desarrollarse. Lograrlo nos permite tocar fondo y rebotar, salir despedidos hacia arriba.

¿Qué es lo que permite a algunas personas ser resilientes?

• Establecer relaciones de cariño y sostén dentro y fuera de la familia.
• Ponerse metas, lograr trazar planes realistas y cumplirlos.
• Contar con buena autoestima, es decir una visión positiva de uno mismo, confiar en nuestras fortalezas.
• Tener un buen manejo de las emociones e impulsos.
• Contar con la capacidad para resolver problemas y habilidades de comunicación.

Por eso, desarrollar las habilidades necesarias para cada momento nos permite seguir avanzando en nuestro crecimiento personal y profesional. Estamos para asesorarte ¡contáctanos!