La gestión de promesas dentro de un equipo de trabajo
Coordinar adecuadamente las distintas acciones de los miembros de un equipo de trabajo lleva al éxito en el cumplimiento de los objetivos.
Para producir un alto desempeño en la empresa, no basta con contratar colaboradores altamente competentes en sus respectivas áreas de desempeño individual. Es igualmente importante asegurar que sean competentes en las acciones de coordinación con otros miembros del equipo de trabajo.
El peso de estas acciones suele ser desequilibrante, por ello, las competencias individuales en la ejecución de tareas específicas son insuficientes para garantizar una empresa competente y competitiva.
Ahora bien, la coordinación no es responsabilidad exclusiva de los gerentes. Todos los colaboradores combinan dos tipos de actividades: aquellas propias o específicas que le son asignadas y las de coordinación. Es imprescindible ganar competencias en ambas. La responsabilidad del gerente es asegurar que esto se logre y que los individuos bajo su mando no sólo destaquen por sus competencias individuales específicas, sino también por su maestría en el manejo de acciones de coordinación.
Compromiso y confianza: factores fundamentales para el funcionamiento del equipo de trabajo
La clave en la coordinación de acciones está en el compromiso que se asume al realizar una promesa. La confianza aparece estrechamente ligada a nuestra capacidad de hacer y cumplir aquello a lo que nos hemos comprometido.
Si lo que interesa es desarrollar confianza en nosotros mismos y en los demás, tal vez sea conveniente realizarnos las siguientes preguntas:
- ¿Somos realmente sinceros al aceptar ejecutar la acción que se nos pide?
- ¿Somos efectivamente competentes para realizar aquello que estamos prometiendo?
- ¿Estaremos en condiciones de cumplir las acciones que se nos piden?
Tal vez, al escuchar estas respuestas estaremos siendo más prudentes antes de aceptar lo que se nos pide. Esto también puede indicarnos la conveniencia de realizar una contraoferta o de postergar nuestra respuesta y obviamente de rehusar la petición.
En tanto, es necesario destacar la importancia que tiene el cumplimiento de las promesas que hacemos, y sabemos que no toda promesa puede ser siempre cumplida. Así como, en ocasiones, ocurrirá que nos encontremos ante la imposibilidad de cumplir con lo que hemos prometido, sucederá también que otros tampoco podrán cumplir con lo que nos prometieron.
Ocurre a menudo que la presencia de contingencias evita muchas veces la posibilidad de cumplir lo comprometido. Ser impecable en el cumplimiento de nuestras promesas implica ser competentes en las acciones involucradas, incluyendo aquellas acciones tendientes a rehusar, contra-ofrecer, posponer, cancelar, revocar y reclamar. Implica ser responsables con las situaciones que nos conducen al incumplimiento y, por lo tanto, saber cancelar y revocar a tiempo y ofrecer una reparación o compensación por cuanto no cumplimos.
Por eso, hay que tener en cuenta que la generación de confianza guarda relación, no sólo con nuestra capacidad de cumplir, sino también en la manera de comportarnos cuando no podemos hacerlo. En ello estamos manifestando nuestra impecabilidad. Más que cumplir con todas nuestras promesas, de lo que se trata es de aprender a gestionar las promesas en las que estamos involucrados.
Ahora bien, cómo seguramente estás trabajando en un equipo y la coordinación de acciones es una competencia fundamental para continuar avanzando hacia el cumplimiento de metas, es importante saber darle seguimiento a las promesas de otros. ¿Cómo hacerlo? Monitoreando las distintas acciones. El avance nos permitirá anticipar aquellas condiciones que insinúan la posibilidad de que alguna promesa pueda no ser cumplida y saber tomar acciones que puedan hacerse cargo de esa eventualidad.
En cuanto a tus promesas, evaluar si tu compromiso se realizó en forma consciente y contás con las competencias necesarias para cumplir la promesa y así entonces sólo resta organizar las acciones en tiempo y espacio. De lo contrario, hacer el planteo sincero. Decir “no sé” abre las posibilidades a un aprendizaje que seguramente abrirá otras puertas.
Por último, algo muy importante ligado a la sinceridad, es la construcción de la confianza. Es importante reconocer que cada una de las acciones que se realicen en cada proceso estará afectando positiva o negativamente al desarrollo de confianza dentro del equipo.
Como hemos dicho, gestionar adecuadamente las promesas realizadas dentro de tu equipo de trabajo es determinante en el cumplimientos de objetivos. Por lo cual realizar talleres tendientes a hacer consciente su importancia podría beneficiar a tu equipo y a tu empresa.