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¿Qué significa humanizar mi organización?

En el pasado, las características y circunstancias personales de los colaboradores eran vistas como una limitación para las organizaciones. Por suerte el paradigma ha cambiado, y hoy los responsables del capital humano se enfrentan a una gestión más activa: se plantean cómo los rasgos de los trabajadores y de la empresa se influyen mutuamente, buscando la manera de encontrar una evolución positiva de esa relación.

La humanización es, al mismo tiempo, productividad y satisfacción. Si tuviéramos que resumir en una sola expresión qué entendemos por empresa humanizada, podríamos decir que es aquélla que ofrece al trabajador la oportunidad para el desarrollo personal y profesional. Obliga, por tanto, a preguntarse por cuestiones relacionadas con la satisfacción en el trabajo, el clima, la moral y la salud laboral, entre tantas otras cosas.

De esta manera, surge una nueva visión de la gestión de las personas, centrada en la eficacia a partir de la satisfacción del ser humano y dirigida a conseguir un equilibrio entre la persona y los resultados. Hablamos de un modelo que nos ayuda a integrar los planes de desarrollo de negocio con el bienestar de los equipos, los clientes y el entorno en el que se inserta la organización (responsabilidad social).

Para ello es necesario estimular el talento y el potencial humano y crear organizaciones en las que la gente sea el núcleo y motor. Esto implica, más que nunca, establecer las claves necesarias para que la empresa se humanice o, mejor dicho, sea humanitaria.

¿Cuáles son algunas de esas claves?

• Hacer foco en los colaboradores. Los trabajadores deben sentir que se cuenta con ellos y que su trabajo aporta. Es importante comprenderlos, conocer qué los motiva, qué necesitan y qué pueden aportar. También puede ser interesante acompañar a los profesionales en su crecimiento, ofreciéndoles una retroalimentación continua que les permita conocer cómo están haciendo su trabajo y cómo pueden mejorarlo, además de ofrecerles oportunidades para que desarrollen todo su potencial.
• Ser empático. Es decir, ponerse en el lugar del otro.
• Ser creativo. Los staffs directivos y gerenciales deben estar compuestos de acuerdo a los requerimientos generacionales de su capital humano y, por ende, al “cambio recurrente”. Hoy en día se necesitan gerentes y líderes multigeneracionales que sean capaces de establecer las tareas por competencias y complementariedad en los equipos.
• Crear cultura. La cultura es la clave para la colaboración, por lo que es un activo fundamental para cualquier empresa.
• Generar compromiso y esfuerzo. Estos valores en el colaborador dan lugar a una organización unida y comprometida, tanto con la empresa como con sus pares.

La humanización de una organización es un proceso en el que intervienen muchos factores y sabemos que a veces los responsables del área de Recursos Humanos carecen del tiempo o los recursos para desarrollarlos. En Humaniz contamos con las herramientas necesarias para acompañarte en dicho proceso y nos encantaría poder ayudarte. ¡Escribinos!