Trabajadores felices es igual a organizaciones felices
La felicidad es más que un estado de ánimo, es la nueva fuerza motriz que buscan las organizaciones para tener colaboradores más productivos y realizados.
Una organización con trabajadores felices, es una organización productiva y rentable. Una organización con trabajadores felices, es una organización con capacidad para trabajar en equipo. Una organización con trabajadores felices, es una organización que cuenta con directivos capaces de ejercer un liderazgo de crecimiento.
Entonces, ¿cómo saber si nuestros profesionales son o están felices?
En primer lugar hay que definir qué entendemos por felicidad.
Según Aristóteles, ser feliz es autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano.
Para Maslow, la autorrealización, también llamada felicidad, es el impulso por convertirse en lo que uno es capaz de ser. Es decir, el crecimiento y desarrollo del potencial propio.
Martin Seligman, por su parte, define la felicidad como un conjunto de emociones positivas, tales como el éxtasis y la comodidad, y actividades positivas, como la concentración y el cumplimiento de nuestras tareas.
Teniendo en cuenta las definiciones de estos tres pensadores, podemos afirmar que la felicidad está íntimamente relacionada con las tareas que desarrolla el individuo y el modo en que las aborda. Por lo tanto, la actividad laboral debería ser fuente y manifestación de felicidad, ya que ocupa un amplio porcentaje de tiempo en nuestras vidas.
Si definimos la autorrealización como el logro efectivo de las aspiraciones u objetivos de una persona por sí misma, su satisfacción y orgullo, podemos inferir que medir el nivel de su realización implica medir el nivel de felicidad de nuestros colaboradores. Y dado que las organizaciones están conformadas por personas, la media de los niveles de autorrealización obtenidos nos ofrecerá un indicador del estado de felicidad de la organización.
Los indicadores de la felicidad de las organizaciones
El nivel de felicidad del conjunto de los colaboradores es uno de los mejores indicadores del éxito comercial y de producción de las organizaciones. El índice de felicidad global de una organización es la media de medidas individuales, por ello es conveniente invertir en cada uno de los colaboradores.
Según un estudio del IOpener Institute de Oxford, los colaboradores felices permanecen el doble de tiempo en sus tareas, tienen un 65% más de energía y su vinculación a la empresa es mayor. Por eso incrementa la cantidad de empresas que deciden medir su felicidad.
Está demostrado que un trabajador feliz es amable, sabe trabajar en equipo y antepone los intereses de los compañeros a los suyos.
El optimismo es una actitud con la que una persona es capaz de establecerse metas desafiantes y mantener la determinación de alcanzarlas. Esta cualidad se ve reflejada en conductas como la perseverancia, la vitalidad, la creatividad y una constante orientación al logro.
Además del optimismo y las emociones positivas, en sus mediciones el Instituto Británico incluye factores como las demandas de estrés, los excesos de supervisión y control, la inteligencia emocional, la empatía, la asertividad, el autoconocimiento, el autocontrol y la autoconciencia.
Hoy en día hay muchas empresas que valoran la actitud personal y los valores del trabajador por encima del currículum. Un común denominador en estas organizaciones es la flexibilidad de horarios, ya que el objetivo no es trabajar una cantidad de horas sino conseguir determinadas metas. Además, la posibilidad de trabajar fuera de la oficina (teletrabajo) ha tenido una repercusión positiva en la cuenta de resultados de las compañías y también en la calidad de vida de sus plantillas, ya que les ha permitido conciliar mejor su vida familiar y laboral.
El jefe: un obstáculo en la felicidad laboral
La mayoría de las empresas no son conscientes de que generar un buen clima de trabajo está en sus manos y no exclusivamente en la de sus colaboradores. No visualizan el impacto que tienen sus políticas, sus prácticas o sus estilos de dirección en el ambiente laboral.
El principal error que impide que los trabajadores se sientan felices en sus puestos de trabajo es el estilo directivo. Muchos estudios han demostrado que el jefe es una de las principales causas de salida voluntaria de la empresa. Aspectos como la falta de reconocimiento, la presión excesiva o, incluso, la dejadez o la sobreprotección pueden mermar el ánimo de cualquier persona.
Gerenciar la felicidad
Una nueva tendencia en recursos humanos es la incorporación de la “Gerencia de la Felicidad”. Se trata de un área encargada de mirar a los empleados como personas que necesitan disfrutar de sus tareas para crecer.
Un “Gerente de la Felicidad” es capaz de diseñar iniciativas de motivación, fomentar el respeto en el área laboral, abrir canales de comunicación eficaces con los colaboradores, destinar el tiempo necesario para atender las inquietudes de cada uno e infundir optimismo en toda la plantilla.
En la gestión de talentos, escuchar y conocer inquietudes servirá para hacer que las personas disfruten en su puesto de trabajo y se sientan valoradas. Es necesario entender y abordar las diferencias que cada grupo generacional presenta para cubrir las demandas y necesidades que cada uno requiere.
Entonces podemos decir la “Gerencia de la Felicidad” tiene como propósito crear un ambiente de trabajo armonioso y ofrecer a los colaboradores la posibilidad de realizar trabajos que les signifiquen un reto.
Y vos, ¿sos feliz en tu trabajo?, ¿tu empresa se preocupa por la felicidad de sus trabajadores?, ¿qué haces para que tus colaboradores sean felices? Te dejamos estas preguntas para reflexionar.